domingo, 28 de junio de 2015

De profundis

Si al mirar hacia un pozo encendés un candil y una luz muy alta ilumina hasta el último rincón de esa profundidad, ese pozo, por más alejado que parezca tener el fondo, no esconde los misterios de los que te hablo.

         Debés hallar, entre todos, aquél que no permita que la luz alcance su corazón, aquél donde se derrama el sol y la oscuridad resiste hasta sumir al astro en algo propio, y entonces emerge con su aliento sombrío.
         Ése es el pozo más hondo. Ése es el pozo donde reconocerás tu rostro.



Villa Urquiza, septiembre de 1999
Héctor Alvarez Castillo
Del libro: Naif. Del Juego a la Literatura.
Alvarez Castillo Editor, 2015

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