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sábado, 12 de marzo de 2022

Fraternos









Una mano

Cerca

Es tu mano

En otro cuerpo

Abre los dedos

A tus dedos

Aprieta tu mano

En esa mano

Llévala

A tu pecho

Y siente

Al hermano

En tu alma

Y espíritu

¡Siéntete ahí!

En tu piel, su piel,

En su piel, la tuya.

¡Siéntete ahí!

 

Una mano

Cerca

Es tu mano.

 

Sáenz Peña, madrugada del 12 de marzo de 2022.




 

sábado, 15 de agosto de 2020

Tríptico poético en Pandemia


Héctor Alvarez Castillo



La mirada










Una mano se mueve
En el aire
Se detiene
Hace trazos

Son de hoy
De siempre
Aparecen el cabello
La frente
El mentón
Los pómulos

Veo sus ojos
Veo los ojos
De quien me mira

Tu mano
Dibuja mi rostro


Sáenz Peña, Junio de 2020, en tiempos de Pandemia.




Estación yerma



Una estación oscura.
No hay palabras. No hay nombres.
En días llegará la primavera.

¿Miran hacia las ramas los niños?
¿Los ancianos atraviesan
La sombra de los árboles?

No saludé a mi vecino,
Ni vi su coche
Rugir en la mañana.

Pocos meses
Se tragaron nuestro presente.
Una furia ciega
Lo engulló.
Cayó a un abismo,
Un abismo silente.

El presente se esfumó
De las manos.
Nuestro cuerpo
Padece
Su pesar
En los huesos.
El cansancio
Puebla
Nuestras casas.


Sáenz Peña, noche del 27 de julio de 2020;
tiempos de encierro y pandemia.




Pandemia


Flores
Derramadas
Las manos abiertas
Dedos no vencidos
Dedos manos y brazos
Abiertos
Flores
Arrojadas
A la tierra
Caídas como pétalos

El agua
Se vierte
El mar
Nos cerca
Nuestro mar
Inmenso
Callado
Silencioso
Nos cerca
Mar terrible
Mar y dios

Estamos
Dentro
No nadamos
Somos
Somos
Una hoja
En el aire
Somos
El mar
Infinito
Somos en él
En este instante
En nuestras casas
Entre los nuestros
O solos
Somos
El mar
Y otro mar
Nos cerca
También nuestro
También nosotros


Sáenz Peña, mediados de marzo, 2020.




miércoles, 10 de junio de 2020

Oficio de poeta



Amiga, es tarde y debo dejar este diálogo,
Abandonar estas palabras;
Es tarde y quedan sin escribir algunos cuentos
Y dos o tres obras de teatro,
Sin hablarle de los infinitos libros de poemas

Que están en mi boca
Y quieren ser dichos
A usted o, querida amiga,
A quien desee oírlos.

Ese deseo de poesía es más fuerte que nuestro deseo,
Por eso, debo dejar estas palabras
Y escribir, escribir, escribir esta noche
Por seis o siete días,
Hasta que en papel deje aquello
Que traigo conmigo,
Pero
El misterio dice
                               no sé, no sé.

Amiga, más tarde hablaremos, cuando el mar,
La noche, el firmamento oscuro y azul lejano,
Nos encuentren.

Este oficio de poeta me hace abandonarla temprano,
Mañana, en días, meses, regresaré.

Es mi oficio de poeta,
Es mi oficio
                                   de poeta, de poeta, amiga,
     Querida amiga.


Héctor Alvarez Castillo
Madrugada del 14 de agosto de 2014.

lunes, 8 de junio de 2020

La mirada



Una mano se detiene
En el aire
Se mueve
Hace trazos
Me son conocidos
Son de ahora
De siempre
Va apareciendo el cabello
La frente
El mentón
Los pómulos
Las cejas
Lo reconozco
Veo sus ojos
Veo los ojos
De quien me mira

Su mano
Dibuja mi rostro


Junio de 2020, en tiempos de Pandemia

sábado, 21 de marzo de 2020

Pandemia


PANDEMIA

























Flores
Derramadas
Las manos abiertas
Dedos no vencidos
Dedos, manos y brazos
Abiertos
Abiertos
Flores
Derramadas
Ven la tierra
Miran hacia ella
Derramadas

El agua
Se vierte
El mar
Nos cerca
Nuestro mar
Inmenso
Callado
Silencioso
Nos cerca
Mar terrible
Mar y dios

Estamos
Dentro
No nadamos
Somos
Somos
Una hoja
En el aire
Somos
El mar
Infinito
Somos en él
En este instante
En nuestras casas
Entre los nuestros
O solos
Somos
El mar
Y otro mar
Nos cerca
También nuestro
También nosotros
Somos


Mediados de marzo, 2020
Héctor Alvarez Castillo







lunes, 24 de junio de 2019

Escribe tú


Escribe tú
Escribe desde la primera palabra,
Escribe vos, escribe desde vos.
Hombre, dónde hallas,
El diálogo, el verbo, el quejido,
Escribe tu nombre, tú, vos,
Humano ser
Que en la noche arrastras
Herida carne, pesados huesos.

Llagas y la memoria macera el lamento,
Llagas y la silueta gris que agita el viento,
El viento es espanto que silba loco
A nuestro alrededor.
Escribe la primera palabra
Y aguárdame a la cita,
Aquél día atravesaré el desierto.



De Diamante, 2012 - 2019

lunes, 28 de septiembre de 2015

Lo que he dejado por ti





Lo que he dejado por ti
Cuando era un poeta y a cada palabra
Consagraba mi vida,
Cuando era un poeta y nada, ninguna otra cosa,
Era medida para esta existencia.

Lo que he dejado por ti, aquello que nada retornara,
Ni la música que en vano pobló el tiempo,
Ni la lluvia que albergaba en la fresca noche
Nuestros cuerpos sujetos,
  Sombras amadas al nacer la aurora.

Lo que he dejado por ti, lo que mi boca no pronunciará,
Ni el recuerdo hará gala entre los hombres,
Trofeo que el orgullo no penetra ni luce su locura.
Lo que he dejado por ti.


Héctor Alvarez Castillo
Del libro. "La palabra es deseo, y otros poemas"
Editorial Victoria Ocampo 

martes, 15 de septiembre de 2015

Hölderlin

Cuando digo tu nombre,
Señor de los ruiseñores
Y del bosque altivo,
Se aligera
El paso del hombre;
Eres inagotable esperanza,
Fuente de la vida.

Cuando digo tu nombre, mi bienamado poeta,
Mis palabras callan a la palabra,
Mi existencia se inflama ante la tuya;
Gracia que no proviene
De esta tierra ni de este cielo,
Hace gala de dones y de hermosura.

Señor de los ruiseñores
Y del bosque altivo,
Veneramos lo frágil
Si es duro el día,
Cuando digo tu nombre,
Mi bienamado poeta.



Héctor Alvarez Castillo
Palemo, junio de 1994



viernes, 25 de abril de 2014

Mi máquina de escribir

Poema de Raúl Lavalle


             


Mi máquina de escribir          



                        Bella máquina escritora,
                        amiga de mis fracasos,
                        ¡cuántas veces me ayudaste
                        a dar forma a los trabajos!
                        Con tus musicales ruidos
                        suplías talento escaso.
                        Llegaron tiempos modernos,
                        Que te dejaron de lado.
                        Pero, dulce compañera,
                        nunca te irás de mi lado.

sábado, 23 de noviembre de 2013

In memoriam J.F.K. - Un poema de Jorge Luis Borges

Esta bala es antigua. 
En 1897 la disparó contra el presidente del Uruguay un muchacho de Montevideo, Arredondo, que había pasado largo tiempo sin ver a nadie, para que lo supieran sin cómplice. Treinta años antes, el mismo proyectil mató a Lincoln, por obra criminal o mágica de un actor, a quien las palabras de Shakespeare habían convertido en Marco Bruto, asesino de César. Al promediar el siglo XVII la venganza la usó para dar muerte a Gustavo Adolfo de Suecia, en mitad de la publica hecatombe de una batalla.

Antes, la bala fue otras cosas, porque la transmigración pitagórica no sólo es propia de los hombres. Fue el cordón de seda que en el Oriente reciben los visires, fue la fusilería y las bayonetas que destrozaron a los defensores del Álamo, fue la cuchilla triangular que segó el cuello de una reina, fue los oscuros clavos que atravesaron la carne del Redentor y el leño de la Cruz, fue el veneno que el jefe cartaginés guardaba en una sortija de hierro, fue la serena copa que en un atardecer bebió Sócrates.

En el alba del tiempo fue la piedra que Caín lanzó contra Abel y será muchas cosas que hoy ni siquiera imaginamos y que podrán concluir con los hombres y con su prodigioso y frágil destino.



De El Hacedor

jueves, 26 de septiembre de 2013

Tríptico griego

Poemas de 
Héctor 
Alvarez Castillo 



Estos poemas pertenecen
 a los libros:
 "Amatista, 1981-1985" 
y "Zafiro, 1985-1989".







Panta rei (1)


En la animación de todos los seres
Y de las cosas todas:
El renuente río renace una y mil veces,
Se ahonda el mar en sus aguas
Y se recorre el infinito tiempo
Que es relámpago y distancia,

Y todo fluye y fluye, generoso y nuevo,
Fugaz y sentido, como la sagrada memoria
De los astros y de la noche
Que a cada desvelo, con prisa marina,
Ve volver la marea al seno de los días
Prófuga como las sombras
Que diluye la luna.





Sfaira (2)


Mientras unos nacen
Y otros mueren,
Nuestro destino se prolonga
Y la eternidad es la esfera de todos.





República, X


Al rostro oculto entre luces y sombras
Ni el más suave designio
Se hace presente a sus ojos,
Y lo venidero es un instante
En la lenta sucesión:
Una moneda que se trueca sin cambio alguno,
El beso del adiós
Dado en el silencio más profundo.

No abras tus fauces, Leteo, a esta boca,
Las almas puras no desean beber.





Notas:
(1) Del griego: Todo fluye. Sentencia de Aristóteles que presume resumir la concepción filosófica de Heráclito de Éfeso, el Oscuro.

(2) Del griego: Esfera. Sentencia que presume resumir la concepción filosófica de Parménides.